domingo, 3 de julio de 2011

Cisne Negro

Hay películas que llegan en el momento oportuno.

En el momento en el que mucha gente ya pensaba que el buen cine pasó a ser simplemente un mero recuerdo del pasado frustrado por el consumismo y los guiones basura.


Una de esas películas es 'Cisne Negro' la nueva ópera prima de Darren Aronofsky,director de grandes filmes como: 'Protozoa' o 'Réquiem por un sueño'.
Y nominado por primera vez al Oscar de la Academia como mejor director por esta fantástica cinta.


La película protagonizada por la talentosa actriz israelita Natalie Portman ('Star Wars' ,'My blueberry nights' ,'Closer' ,'Thor') nos sumerge en el singular mundo del ballet,donde la joven Nina (Portman) deberá luchar consigo misma para conseguir el preciado papel del cisne negro,en la versión de la obra 'El lago de los cisnes' que está preparando su compañía de danza.

Este thriller psicológico nos atrapa casi al primer momento,manteniendo en tensión constante al espectador.
Llevándonos de la sensibilidad y la dulzura a el dolor y la desesperación que el personaje principal desprende durante todo el filme.Adentrándonos en la obsesión por una meta que se convierte en su propia vida y que acaba trastornando su mente del todo.


Si a esto le añadimos las fantásticas interpretaciones del resto del reparto (Mila Kunis, Vincent Cassel y Winona Ryder),la maravillosa banda sonora de Clint Mansell a partir del clásico 'El lago de los cisnes' de Tchaikovsky y el trabajado diseño tanto de vestuario como de maquillaje; daremos con una gran película que bien podría considerarse como una obra de arte.


Un muy merecido Oscar a la mejor actriz 2011.



Momento idóneo para ver la película: Es una película seria e intensa,ideal para verla solo,con tu pareja o con un grupo de amigos después de por ejemplo,una cena tranquila.

4 comentarios:

  1. Genialísima película! Sobre todo visualmente, es perfecta.

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  2. Ya ves que sí Sven!!!
    Por eso la elegí...es grandiosa.

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  3. Lamento discrepar. Me temo que no. Más bien de la pornografía para intelectuales.
    Un "Werther" para estos tiempos, pero el mismo Goethe avisaba de que la novela epistolar jugaba a ser excesiva a propósito, en conversación con Eckermann, sobre cómo los alemanes se olvidaron de reír (la chica sí lo hace, una vez, cuando chupetea el dedo de su madre vestido de tarta) . Sin Alenza que los retrate. La cuña romántica no cesa.
    El espejo (http://www.youtube.com/watch?v=j5lU52aWTJo), hasta el metaespejo. Sin máscaras.
    Demasiado parecida a "La pianista", pero sin el símbolo de Europa como trasfondo. Demasiado exagerada como parecerse a "Repulsión". Trata mucho menos sobre los problemas del arte que "La hora del lobo".
    Me quedo con la caja de música donde la bailarina no tiene cabeza ni brazos. Obvio, pero resultón. Todas las mujeres son unas taradas (la suegra loca -la madre-, el amor virginal -la protagonista-, la amante puta -la otra bailarina-, la vecina chismosa -las otras bailarinas, que se mueren de envidia-, la histérica -Beth-), todos los hombres dominan (el director follalotodo, el bailarín que no se la follaría), por eso lo del porno arriba. Otras perogrulladas: blanco-bueno/negro-malo, infantilismo posesivo, masturbación como metáfora de las puertas de acceso al estadio artístico, muerte como culminación de lo perfecto, identificación del actor/bailarina con el personaje que interpreta. Maniqueo, romo. Mucho efectismo, demasiado (rozando la autoparodia por exceso). "¿Qué fue de Baby Jane?" se la come viva.
    Ontología de la ficción (hasta "Matrix" lo hace, cuando le explican al elegido cómo funciona la matriz). A Hitchcock no le perdonaron que le mintiese al espectador en "Pánico en la escena". Si los lápices caen hacia abajo luego no pueden caer hacia arriba. Llega un punto en que da igual distinguir realidad de alucinación, porque importa poco, tal vez por eso la cámara se mueva tanto. Pero eso ya lo había ensayado en "The Fountain", donde quería salvarnos de nosotros mismos a base de autoayuda y buenrollismo místico. ¿Cómo es que durante todo el segundo y el tercer acto no se le nota la sangre?
    La mejor respuesta me sigue pareciendo la de Diderot: "¿Qué es, pues, un gran comediante? Un fingidor trágico o cómico al que el poeta ha prestado su discurso."

    Pero ella... Ella lo salva todo.

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