miércoles, 25 de junio de 2014

Pompeya



Su director, Paul W. S. Anderson, nos presenta una nueva película basada en hechos históricos más o menos veraces. Nos cuenta la historia de un esclavo celta que es llevado a la ciudad italiana con el fin de combatir en las fiestas como gladiador. Esta línea se repite en varias películas como Gladiator, Troya o Espartaco. Busca llamar la atención del espectador que quiere disfrutar de una mezcla de acción, drama, amor e historia.

Nos obstante, a parte de luchas, encontramos la historia de una ciudad que quedó sucumbida bajo las cenizas del Vesubio en el año 79 d.c.  y que hoy podemos identificar por la arquitectura típica pompeyana que se ha conservado gracias a la capa de cenizas que quedó como manto sobre ella. Tras esto, una historia de amor que une, en un montaje alternado, al gladiador y a Cassia, la hija del gobernador.

En el aspecto más técnico de la película encontramos una serie de características como es el realismo en cuanto a la arquitectura y atrezzo que intenta ser lo más fidedigno sin llegar a serlo totalmente. No llega a ser un pastiche como vemos en numerosas películas del cine clásico de Hollywood que exageran en exceso los decorados de una época.

La luz juega un papel muy importante, puesto que gran parte de las escenas se representan en espacios oscuros o de noche. Vemos una luz suave, por lo general, que alterna frontal, lateral, etc. e inserta luz de ojos en la mirada de Cassia. El color está muy ligado a este aspecto y podríamos hablar de un color simbólico ya que, a lo largo del film, aparecen colores que están relacionados con algunos poderes o ideas.

Muy interesante la lectura de la carta de Plinio el Joven a Tácito en la que describe con gran exactitud y asombro la destrucción de la ciudad de Pompeya de la cual dejo las primeras líneas:

"Me pides que te describa la muerte de mi tío a fin de que más verazmente se transmita a la posteridad. Te lo agradezco porque estoy convencido de que, si tú conmemoraras su muerte, alcanzará gloria inmortal. Porque, aunque haya perecido en la destrucción de una de las tierras más bellas, con tantos pueblos y ciudades, y aunque aquel inolvidable acontecimiento le asegure una vida inmortal y aunque él mismo haya dejado obras permanentes, la eternidad de tus escritos le añadirá eternidad..."

Momento idóneo para ver la película: al ser una película que conjuga tanto romance como historia y acción podemos hablar de varios momentos al día que son perfectos para verla como esos ratos en los que necesitas un puntito de heroicidad o cuando tenga un rato libre.

sábado, 8 de febrero de 2014

Krull



(...) Hay una cosa que no he podido saber, si es cierta la profecía de que, una joven doncella de rancio abolengo se convertirá en reina, eligirá un rey y juntos regirán nuestro mundo; y el hijo de ambos regirá la galaxia.

-Ynyr, el anciano-


Hay películas en las que muy a pesar de haberse gastado en ellas una enorme fortuna y de haber traído consigo una serie de expectativas, están condenadas al fracaso. Muchos de estos productos terminan reciclándose a lo largo del tiempo y acaban por convertirse en obras de culto que pueden brindar, a largo plazo, una serie de ganancias económicas a sus creadores y otras del tipo culturales a unos espectadores que están más preparados para recibirla aunque sea de forma tardía.

Por desgracia para Krull, este no es su caso particular.