No creo inconveniente advertir
que me ceñiré a un momento, o a un detalle concreto de la obra, y que por lo
tanto me dejaré a parte comentarios generales y aplicados sobre el tema del
cine y sobre este caso de cine en particular; no mencionaré luz, ni planos, ni
interpretaciones, ni efectos especiales. Hablaré sólo de lo que me encogió los
cojones.
Admito que no puedo determinar
cómo de atento estuve a la película (subrayo película), hasta qué nivel de profundidad calaron en mis entretelas
sus mensajes, o hasta qué punto fui conocedor de todos los detalles. Sin
embargo, creo entender una parte central del argumento, que después actuará en
favor de mi asombro: Katniss, la protagonista, está jugando a matarse por evitar que lo hiciese su hermana pequeña,
y más aún, bajo la promesa de volver con
ella. De hecho, y si mal no recuerdo, buena parte de la película consiste
en recordarnos tal cosa: el carácter “voluntario” de la participación de la
chiquilla, el deber volver con la pequeñaja, y esas cosas.
Entonces, casi al final de la
historia propuesta para una primera parte, es cuando me sobreviene el problema.
En un momento dado proponen por la megafonía magnífica que la regla de “sólo un
ganador” se replantea, de tal modo que puede vencer una pareja (enterita, con
su macho y con su hembra). Y cuando el señor Peeta y la señora Katniss ya
habrían de ser los vencedores, de nuevo la voz desde el cielo les comenta que
lo anterior era un mal chiste, que sólo puede quedar uno, facilitándose acto
seguido unas uvas que matarían a quien las comiese, y pidiendo que uno de los
dos fallezca. Son puestos a prueba una
vez más, más radicalmente, más críticamente. Y todos sabemos padecer la tensión
de ese momento (en mayor o menor medida), pero no sé si puede ser comprendida en su totalidad la tensión
de ese momento. Porque toman la decisión de morir los dos, como redención
salvadora, como única solución. Y tenemos la obligación de recordar: la razón
de que ella esté donde está es haber salvado a su hermana y volver a verla,
volver a estar con ella y cuidarla. Pero ahora decide morir, precisamente como
salida al problema en el que se encuentra. Podría ser que la guerra la ha
vuelto irresponsable, y ya ha decidido reordenar sus prioridades; o que ha
forjado en su ser la figura de un héroe trágico, y morir es ser recordado,
morir bajo una injusticia puede desembocar consecuencias magníficas; o
podríamos pensar que había mentido en su promesa a la pequeña, y sabía desde el
principio que podría morir, por lo que no tuviese que asimilar la desgracia en
el último capítulo de la película, sino que se hubiese ya resignado a la nada
desde mucho antes; o, diferente de todo esto, podría ser algo que podemos no
comprender, algo ante lo que pararnos y asombrarnos, pues podría ser que
Katniss realmente entendiese que en virtud
de su sacrificio todo se vería realizado, que volvería con su hermana, que
saldría de allí. Lo que pasase después de esa escena ya me daba igual, porque
ya había llegado al momento al que quería llegar: Katniss alcanzó algo que no
puede defender ante nadie, algo así como paradójico, pues en tanto que
individuo, ha superado lo general. O bien está en lo inexplicable, o bien es
una suicida, una mentirosa.
Katniss podría ser una guerrera,
una revolucionaria, o como he dicho, un héroe trágico. Y como héroe trágico
sería admirada. Sería admirada en su sufrimiento y su dolor, en su pérdida, en
su intención. Pero del otro modo no cabría sufrimiento, ni tampoco llantos ni
admiración en su nombre. En este sentido Katniss vive en el secreto, conoce la
miseria, cuenta las lágrimas y no olvida nada.
Por consiguiente, o bien hay una
paradoja tal que el Individuo se encuentra como Individuo en relación absoluta
con lo absoluto, o bien Katniss está perdida.
Momento idóneo para ver la película: a cualquier hora del día, teniendo tareas pendientes, para alejarse uno de ellas, a ser posible con una infusión calentita y tumbado.
Momento idóneo para ver la película: a cualquier hora del día, teniendo tareas pendientes, para alejarse uno de ellas, a ser posible con una infusión calentita y tumbado.
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