Dirección: Guy Ritchie
Guión: Guy Ritchie
Producción: Mathew Vaughn
Reparto: Jason Flemyng, Nick Moran, Dexter Fletcher, Jason Statham, Lenny McLean, P.H Moriarty, Vinnie Jones, Sting
Montaje: Niven Howie
Música: David A. Hugues & John Murphy
Fotografía: Tim Maurice-Jones
Lock, stock and two smoking barrels. Con este film fue con el que Guy Ritchie se dio a conocer. Y es un film puro Guy Ritchie. Londres, década de los 90, la película gira principalmente en torno a cuatro amigos de toda la vida que logran reunir 100.000 libras y se lo confían a uno de ellos para que se lo juegue en una partida de cartas frente a Harry “el hacha”. Éste amaña la partida y en una jugada le presta una gran suma de dinero. Al perder, Eddie no solo ha perdido la partida sino que ha contraído una deuda de 500.000 libras con Harry, que le advierte que si no logra devolverle el dinero no solo él y sus amigos sufrirán las consecuencias, sino también su padre, que perderá su bar.
Y a partir de ahí empieza la locura, pero una locura genial. Porque esta película destaca por muchas cosas, pero sobre todo por su repertorio inagotable de personajes (Ritchie me recuerda a George R.R. Martin en ese aspecto), cada uno distinto de los demás, algunos que molan, algunos que son patéticos, algunos que odias desde que los ves, pero todos tienen su importancia. Todos empiezan la carrera desde un sitio distinto pero la acaban en el mismo. Guy Rutchie construye un puzle con todos ellos y lo va montando en un orden perfecto y a un ritmo trepidante. Y es de este hombre de quién más quiero hablaros. Porque Guy Ritchie nos presenta Londres en esta película. Y nosotros cuando pensamos en Londres nos imaginamos enseguida el Big Ben o el palacio de Buckinham. Guy Ritchie no nos muestra eso. Porque sabe que estamos hasta los cojones de esas mierdas. En su lugar nos mete realmente en Londres, y más concretamente en una zona casi de los suburbios de Londres. Pero no es eso lo que más destaca de Guy Ritchie sino el nivelazo al que llega en la dirección. Porque el tío sabe exactamente el ritmo que requiere la historia y lo imprime a la perfección con un manejo de la cámara soberbio y con una innovación que deja huella. Porque la escena en la que Eddie pierde la partida y tiene que abandonar el bar es sencillamente espectacular. De lo mejor que he visto en mucho tiempo.
Otras de las cosas que hace muy Ritchie en la dirección es escoger a los actores. En este film, los actores no son muy conocidos, pero la mayoría están fantásticos. Porque el tío los pone a todos en su sitio. Mola mucho la conversión del futbolista galés Vinnie Jones en actor, y está acertadísimo. Igual que el cantante Sting, que hace del padre de Eddie. Sale muy poco, pero está metídsimo en el papel. En cuanto a los protagonistas destacan Nick Moran, que hace un papel difícil y el actor cumple sobradamente; y Jason Statham, que se hizo conocido con este film realizando un papel con el gran carisma al que nos tiene acostumbrados. La primera escena de la peli es suya y de nadie más.
En cuanto al guión no me queda otra que quitarme el sombrero ante Ritchie porque lo que hace es impresionante: como ya he dicho antes monta un puzzle casi perfecto, pero es que encima el colega lo va pegando con escenas marcadas con un humor negro de una calidad enorme, muy similar al de los Coen, pero con un toque muy propio, muy suyo. Basta con ver la última escena del film para cerciorarse de este punto. Dicha escena es una auténtica delicia, delirante e irónica como ella sola.
Otro de los puntos fuertes es la banda sonora, con unas canciones muy bien escogidas, especialmente la que se usa como tema principal: I wanna be your dog. También muy bien los dos compositores, adaptando esas canciones y creando unos temas que se adhieren como una lapa al film y se adaptan muy bien al tono negro que éste desprende.
Vamos ahora con lo peor que tiene el film, que sin duda alguna es el doblaje. En la narración tenemos a Santiago Segura que, a pesar del cariño que le tengo, que lo sabe él muy bien, tengo que decir que aquí realiza un trabajo horrible presentándonos a los personajes tartamudeando de puta pena. Pero él que peor parado sale es, y con mucho, el personaje de Plunk. He llegado a odiar al personaje solo por el doblador. Ignoro cómo será la voz realmente del actor Steve Sweeney, pero la que le ponen aquí es dolorosamente chillona (peor incluso que mi compañero de piso, que ya es decir). Cada intervención suya me hacía replantearme el suicidio y el posterior silencio a su intervención me obligaba a preguntarme a mí mismo si me había quedado sordo.
En resumen, una historia con muchas subhistorias intricadas que se acaban uniendo al final de forma magistral, con múltiples personajes muy variados y con una dirección sublime. Film negro con toques de humor irónico y con actores muy bien colocados haciendo exactamente lo que tienen que hacer.
Momento idóneo para ver la película: Justo después de haberla descargado. O sea, lo antes posible.
Me ha gustado el final, así me gusta.
ResponderEliminar¡Promovamos la piratería!
Sabía que te gustaría. Lo hice a propósito, porque pensé en poner: después de haberla comprado, pero ¿quién coño compra pelis hoy en día? Muy poquitos
ResponderEliminarAunque parezca mentira, yo compro pelis.
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