lunes, 17 de octubre de 2011

La Jungla de Cristal




Yipee-kay-yai... hijo de puta

-John McClain-

Érase una vez un poli muy duro que tenía problemas en su día a día. Era un hombre con continuas jaquecas, empinaba el codo, su carácter rebelde le hacía propenso a desobedecer a la autoridad, era un fiero amante del fútbol americano y el boxeo, fumador empedernido y poseía un aire jocoso e irónico que le había empujado a que su mujer acabase separándose de él.

Érase una vez una época en que los herederos de Harry “el Sucio” habían decidido aparecer, y ya sea en formatos paródicos, hilarantes, secos, violentos o adrenalínicos; un conglomerado de héroes musculosos o anabolizados cogían siempre una pistola, se hacían dueños de sus vicios, servían a la ley aunque tuviesen que doblar las normas, y se convertían en héroes para salvar una vez más el día. Son los tiempos gloriosos de Silvester Stallone, Arnold Schwarzenegger, Mel Gibson, Harrison Ford, Jean-Claude Van Damme, Charles Bronson y John Travolta. Una época dorada en la que la palabra cine de acción podía implicar un sinónimo de cine entretenido, o incluso si se esmeraban, buen cine.

Es en este caldo de cultivo en el que surge La Jungla de Cristal, un historia de acción pura y dura que propició la aparición y el éxito de Bruce Willis como actor de está temática tan cálida.

El resumen de la historia es el siguiente:

John McClane (Bruce Willis) es un policía de Nueva York que visita a su esposa en Los Ángeles. Ella se encuentra en una fiesta navideña de su empresa con numerosos invitados, y McClane va a verla allí. Mientras él se está cambiando de ropa, llega al edificio un grupo de terroristas que toman a los invitados como rehenes. McClane es la única persona cuya presencia los terroristas desconocen. Comienza una lucha a muerte entre los terroristas y el solitario policía.



El marco narrativo es en Navidad, una fecha especial para conmemorar una historia trepidante y rápida que hace un juego continuo con la cultura popular de los EEUU de aquel tiempo. John McClain se convierte en un referente que por aquel entonces se hizo más grande que la propia película. Una idea original de esta cinta es que no tenemos a un héroe que solamente baila entre las balas sin despeinarse. En su lugar, McClaine es un hombre que sufre problemas de estrés, cierto principio de alopecia, no es un soldado entrenado y ni siquiera es alguien importante en su vida diaria. Es sucio, bruto, rudo, y va recibiendo hostias a lo largo de la película. Se enfrenta a sus enemigos descalzo y al descubierto, pisa cristales, son muchos y él es sólo un mortal. En cualquier momento podría morir pero nada de eso lo detiene, pues sólo hay una diferencia que lo separa de ellos: Es un hombre duro como una piedra, un hombre duro de matar.

Pero también posee un aire contradictorio en este aspecto. Es humano, pero a la vez sobrehumano. Sufre cortes, es golpeado, es maltratado, su vida diaria es una puta mierda, pero por otro lado eso nunca le desanima, siempre sigue adelante, siempre desafía a sus adversarios, se enfrenta a miles y ninguno puede con él, va directo hacia su objetivo implacable, imparable... como en las mejores historias de acción pura y dura. Él es John McClain, un boyscout vestido con piel de lobo. Un héroe que se queja por tener que salvar el día pero escupe a un lado, martillea su cuarenta y cinco, y partiendo descalzo como todo un héroe griego, se enfrenta contra uno o miles. Su adversario terrorista, Hans Gruber, es todo lo contrario. Es la personificación del mal absoluto. Es educado, limpio, meticuloso, inteligente, elegante, con estilo. Pero es corrupto, cruel e implacable a la hora de conseguir sus fines. Es un hombre que considera a McClaine como un grano en el culo que tiene que extirpar inmediatamente. No lo hará personalmente, pues también es tramposo y todo un cobarde.

http://youtu.be/KShj0gPAH0g

La película tiene una estructura muy simple: Un edificio, un grupo de terroristas, un malo carismático y pérfido, un superpoli, una mujer como objeto de deseo, un grupo de policías ineptos que no saben más que corretear de aquí para allá, rehenes en peligro, muchas balas, adrenalina, palabrotas, tiros, explosiones y un destino para cada uno de estos personajes. Es la estructura que vemos en casi todas las películas de acción: Arma letal, Acorralado, Demolition Man, Desafío Total, Air Force One, El Justiciero de la Ciudad, Predator, Perseguido, Cara a cara, Máximo riesgo, Salvaje, Timecop, Terminator, y un extenso y largo etc, etc, etc,... pero llevada de una forma que la hace única e irrepetible. 


La personalidad del protagonista atrapa desde el prinipio, podemos encontrar frases tan elocuentes como: “Diez millones de terroristas en el mundo y tengo que matar a uno con el pie de mujer” o “Oiga señorita, ¡no me joda!, ¿cree que estoy encargando una pizza?” Todo mezclado con un irreverente humor negro que añade esa salsa especial que tiene esta película. La música es muy elocuente: Nos encontramos con temas que sugieren una acción continuada e irrepetible, y también, un aire patriótico que parece sacado del "Cuatro de Julio". Mezcla la comedia ligera con un sabor intenso de acción. Tal fue la trascendencia de la película, que se ha convertido en parte de la cultura popular de los EEUU, de tal forma que en otras producciones también se menciona. Un éxito que difícilmente volvería a repetirse, y que traería una saga que poco a poco ha ido decayendo, pero que por lo menos, nos recuerda esta antigua producción. 



Momento idóneo para ver la película: ¡Qué pasa! ¿No habéis visto el vídeo de Friends? ¡Una tarde reservada para un cerveceo con colegas y hombres de verdad!




2 comentarios:

  1. Muchas gracias por reseñar un peliculón de este calibre. Tan solo un pero, no creo que la estructura sea simple; de manera deliberada o no, el esquema de la tensión argumental sigue punto por punto el que Aristóteles (o más bien sus comentaristas italianos del XVI, la película respeta las tres unidades) establece en la "Poética", con ciertas variantes contemporáneas, eso sí, porque no se trata de una tragedia sensu stricto. Lo dicho, gran entrada.
    P. D.: Un abrazo a Teo, de quien no me olvido.

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  2. Muchas gracias profesor, por no olvidarse de los que nos quedamos por aquí. Espero que no tarde en volver y tengamos una agradable velada.

    Tambiene spero que no le vaya mal en su mundo universitario. Aqui es durillo la verdad, pero tengo apoyo.

    Espero verle pronto

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